miércoles, 11 de septiembre de 2013

Cómo mantenerte motivado

Mantenerse motivado es una tarea que tiene varios niveles de dificultad dependiendo de la persona y de su estilo de vida. Todos hemos pasado por momentos en los que no queremos hacer nada de nada, y solo quedarnos en nuestras casas metidos en nuestras camas de lo más cómodos y mandar a rodar al resto, para que nos dejen en paz. 

Si bien es cierto, creo que todos tenemos la facultad de hacerlo no sería la acción más recomendable sobretodo si pensamos en las consecuencias. Ahora, lo que he tratado de hacer para mantenerme motivado es una serie de acciones simples que sirven de pilares para que mi motivación crezca y se mantenga. No es tan fácil como se dice, pero vale la pena convertir estas pequeñas acciones en hábitos para que finalmente corran en piloto automático.

1. Descansa adecuadamente: Cada uno conoce su propio cuerpo y las horas necesarias para sentirnos con energía al siguiente día. Con dormir entre 6 horas y 6 horas y media, mis niveles de energía son lo suficientemente decentes para cumplir con las labores diarias. Esto implica saber a qué hora irse a la cama, luchar con las distracciones que nos impiden hacerlo, tales como la TV, Facebook, navegar en Internet en páginas que nos hacen perder tiempo, etc. Descubre cuántas horas de sueño necesitas y empieza ya a respetarlas. Tu cuerpo sentirá la diferencia y se reflejara en tu estado de ánimo y motivación.

2. Toma abundante agua: La idea es simplemente mantenerse hidratado. Tomar agua constantemente durante el día y sobretodo después de intenso desgaste físico y mental. Siempre ando como mi botellita de agua en el trabajo y en mis clases me doy unos segundos para tomar y así sentirme mejor. No soy de tomar bebidas gaseosas o cafés, siento que mi organismo no se beneficia con éstos, más allá del gusto que le dan a mi paladar. El agua pura es única y no tiene reemplazo.

3. Haz actividad física: La idea aquí no es explicar detalladamente los cambios fisiológicos buenos que se dan a causa del ejercicio, pero todos hemos escuchado o leído de lo bueno que es el ejercicio. Sucede que también lo es para la motivación. Qué tipo de actividad escoger depende de los gustos personales. Últimamente, he estado probando una nueva ruta para llegar a mi trabajo; el transporte no me deja cerca, lo cual me "fuerza" a caminar algunas cuadras con calma o lentitud y así ejercitar mis piernas. O a veces el gimnasio resulta una muy buena forma de ejercitarse o por último mis clases de salsa. Encuentra algo que te ponga a mover el cuerpo, y no solo eso, sino algo que disfrutes hacer.

4. Rodéate de gente con buena actitud: Me refiero a gente que siempre está motivada y de buen ánimo. No a aquellos que solo se quejan de las cosas. La energía que tiene la gente motivada y que se enfoca en lo bueno es contagiosa, pero también lo opuesto es cierto. Al estar con gente motivada, tu motivación no va a decrecer, se va a mantener y hasta aumentar animando a otros a mejorar su motivación.

5. Ten una vida balanceada: Centrar nuestra vida en una sola área, deja poco sitio para disfrutar otras. Dedicar el mayor tiempo de nuestro día a un solo aspecto de nuestra existencia produce a la larga aburrimiento y por ende baja motivación. Animarse a hacer cosas nuevas y aventurarse por invertir en otras áreas trae sus beneficios. No todo tiene que ser trabajo, por ejemplo, está el tiempo con amistades, o el tiempo para hacer nuevas amistades, tiempo para fortalecer lazos con la familia, un viaje si es posible dea cuerdo a las circunstancias, un clase matutina o nocturna que nos despierte la curiosidad. Cosas como éstas tiene un efecto motivador que se dispersa en todas los campos de nuestra vida.

Estas acciones son las que en mi caso me ayuda a mejorar mi motivación. Soy humano y también tengo días en lo que no quiero hacer nada de nada, o tomar mis maletas y irme de viaje por un largo tiempo; pero como todo en la vida, tiene su inicio y su final y se me pasa. Así que no te sientas mal si te sucede. A no ser que sea muy continuo, es tu responsabilidad tomar acciones que mejoren tu motivación.

¿Qué haces para mantenerte motivado?


domingo, 8 de septiembre de 2013

Por qué dejar de ver noticieros

Hace un tiempo, no recuerdo desde cuándo, decidí dejar de ver los noticieros de la televisión. Al menos, no me siento exclusivamente a verlos. A veces mientras navego por el Internet, los tengo en volumen bajo por si alguna noticia buena capta mi atención.

Básicamente, esta es la forma en que veo noticieros cuando los sintonizo. En muchas otras ocasiones ni los veo en absoluto. He llegado a la conclusión de que ver los noticieros me deja con una sensación de que todo lo que ocurre en el mundo es desgracia.

Nos bombardean con accidentes automovilísticos, asesinatos, violaciones, corrupción, de tal manera que se convierte en el pan de cada día y como el cierre del mismo. Me había dado cuenta que por el afán de mantenerme informado de todo lo que pasa en el país y el mundo, sentía que necesariamente tenia que ver estos programas.

Me cansé de alimentar mi mente de pura desgracia y desgracia mañana, tarde y noche y de pensar que sólo la televisión es la única alternativa de mantenerse informado. Si bien en cierto, los demás medios como la radio, el Internet, los periódicos también nos presentan noticias muy desagradables para alimentar el morbo de la gente, éstos superan a la televisión.

Levantarse y tomar el desayuno mientras ves noticieros programa nuestra mente a enfocarse en la malo y triste de la vida, y lo que es peor aún convertirlo en lo primero que se nos viene a la mente en un diálogo con otra persona.

¿Has notado muchas veces que los únicos temas en una conversación pueden llegar a ser lo desagradable de las noticias que se ven en la tele? Usualmente, monopolizan nuestra conversación, no dejándonos nada positivo o de reflexión personal. Cuando me entero de una desgracia, decido no profundizar más en los detalles; podría hacerlo, pero debido a que no me ayuda en nada, desisto.

Irme a dormir después de haber visto los noticieros es algo que ya dejé de hacer y no pienso retomar. Prefiero leer un libro interesante, o un link motivador, hablar por teléfono con algún amigo  o simplemente escuchar mi música favorita. Encontraré las formas de mantenerme informado y seleccionar hasta que punto me dejo influenciar por las noticias.

Además, una excelente manera de mantenerse informado es preguntando a la gente que ha sucedió últimamente en el país y el mundo. Esto me sirve para iniciar una conversación, escuchar la opinión de la persona y a la vez como puerta de entrada a otros temas de conversación.

Lo he hecho varias veces y me ha permitido mantenerme informado y partir desde ahí a otros temas muchos mas fascinantes. Nadie me impuso dejar de ver noticieros, partió de una decisión personal y ha sido para bien. Si te animas a hacerlo, estoy seguro que también notaras la diferencia.










lunes, 2 de septiembre de 2013

Aumenta tu paz interior con este simple tip.

Constantemente pensamos que las posesiones nos hacen sentir mejor con nosotros mismos o más felices con nuestras vidas. Buscamos los últimos juguetes tecnológicos y les damos demasiada atención, y hasta mucho más que a las personas que nos rodean. Existe en nuestra sociedad moderna una obsesión con el consumismo que te dice "compra, compra, compra" que hasta llegamos a comprar artículos que no necesitamos en realidad, solo los adquirimos de pura moda o monería

Esto envuelve a la gente en un círculo vicioso por el último celular, consola de videojuegos, zapatos de moda, auto, moto, etc, lo cual no es malo; es decir, desear tener posesiones que complementarán nuestra vida o que nos van a ahorrar tiempo es aceptable; lo que creo no lo es viene a ser el apego a éstos de tal manera que sintamos que sin ellos no podemos estar contentos con nosotros mismos.

Una forma de sentirse muy bien con uno mismo, con los demás y con mucha paz interna es una simple acción que no requiere de dinero, tarjetas de crédito, o tarjetas de tiendas por departamento que lo que mejor hacen es endeudar más a la gente. De lo que estoy hablando es del poder de la gratitud. Estar agradecido por lo que se tiene, por lo que se vive, por lo que nos rodea no tiene precio.

Pasa que usualmente tomamos las cosas por sentado. Creemos que lo que tenemos en la actualidad debemos tenerlo siempre sí o sí y que nunca nos va faltar. Asumimos muchas veces que nuestra casa, cama, comida, trabajo, pareja, padres, hermanos, salud, etc. siempre estarán ahí y nunca nos van a ser falta. Es por ello, que tantísimas veces no los valoramos como corresponde.

Para verlo con más claridad, puedes tomar una papel y hacer una lista de las cosas que tienes, tanto físicas como no físicas por las cuales te sientes agradecido. Reflexionar en ello, y sobretodo sentirte agradecido de que éstas cosas estén en nuestra vida te genera mucha paz y felicidad. Muchas gente, ni siquiera en otros países o continentes, no tienen nada, y nosotros comparados con ellos lo tenemos todo.

¿Estoy tratando de decirte que seas conformista y nunca aspires a más? Por supuesto que no. Puedes desear más cosas, pero la clave es entender que tu felicidad no depende de que si los obtengas o no. Estar agradecido con lo que uno tiene me ha ayudado mucho a darme cuenta de lo inmensamente bendecido que soy y de lo mucho que puedo hacer para ayudar a otros

Estoy agradecido por mi salud. Gracias a Dios no tengo ninguna enfermedad o dolencia con la cual lidiar diariamente. Estoy agradecido con mi casa y por las comodidades que tengo. Estoy agradecido por  la presencia de mis padres, que están vivos y gozan de una buena salud en términos generales. Estoy agradecido por mis hermanos, mi trabajo, mis facultades mentales y físicas, por los problemas que tengo, los cuales me ayudan a crecer como persona. Estoy agradecido con lo vivido en mi pasado, lo cual me ha enseñado increíbles lecciones y me han vuelto más preparado y sabio en toma de decisiones. Estoy agradecido por vivir en una ciudad que no sufre de tsunamis, huracanes, terribles sismos, una ciudad que, de hecho, tiene cosas que mejorar, pero que aún así es una ciudad donde se puede vivir aceptablemente bien. 

Mi lista continuaría con muchas más cosas, y esa es la idea que te propongo que hagas de manera personal. Se siente muchas paz, y te hace ver que no todo es malo. Conozco mucha gente que se enfoca en lo malo todo el tiempo, y no hacen nada más que hablar de eso. Me rehuso ha ser así. Soy agradecido con lo que tengo, aspiro a más cosas, pero mi esencia y valor como persona no está atada a cosas materiales.

Espero que tu experiencia con la gratitud sea tan confortante como lo ha sido conmigo. 






domingo, 25 de agosto de 2013

Escapando de la zona de confort

Para algunos una expresión conocida, para otros no les suena en absoluto; lo cierto es que existe la llamada zona de confort, que básicamente es aquella situación en la que nos sentimos seguros porque llevamos tiempo en ella, la conocemos bien y no nos representa ninguna amenaza a nuestra vida.

Todos tenemos diferentes zona de confort en todas las áreas de nuestras vidas. Por ejemplo, está la zona de confort del trabajo. Después de laborar algunos años para una compañía y saber como es la dinámica de la misma, a uno lo hace sentir que ya no debería moverse de ahí para intentar algo distinto como un pequeño negocio familiar, una carrera nueva que siempre nos llamó la atención o por qué no? un cambio de trabajo. Tampoco se trata de actuar negligentemente, sobretodo cuando uno tiene a su cargo gente como padres mayores, hijos, o familiares que no pueden valerse por sí mismos. Se trata de empujar el límite con cuidado e ir ganando espacio y experiencias en cosas que nos puedan interesar.

Salir de la zona de confort genera miedo porque no sabemos lo que va a pasar. Esto es normal y natural en las personas. Nuestro mecanismo de defensa nos advierte que un latente peligro podría estar al acecho y que sería mejor no intentar nada que no esté dentro de nuestro rango de experiencias vividas de primera mano. Recuerdo la primera vez que viajé sólo por vacaciones, decidí hacerlo sólo a ver qué pasaba. Muchos dicen que puede resultar aburrido, pero todo está en la actitud. Estoy seguro que quienes lo aseveran como algo no interesante es porque tiene miedo, además si nunca lo han intentado no tienen la base para dar un juicio válido.

En este primer viaje solo, que dicho sea de paso no fué en mi propio Perú, me pasaron muchas cosas, pero nada que me hiciera regresar en una tumba o incompleto de alguna parte de mi cuerpo. Osea, regresé vivo y con muchas cosas que contar a mi gente aquí. Conocí gente de otros países, comí muy bien, me paseé por muchos lugares lindos y me aventuré a ir lugares fuera de los clásicos tours. ¿Sentí algún temor? Ufff... muchos; por mi acento, se notaba que no era de la zona, pero aún así me trataron bien. Esto también valida el hecho de que así como hay gente mala en todos lados, también hay gente muy buena. Es importante enfocarse en lo bueno también. Eso se comentará en otro post.

Cada vez que tengo la oportunidad de hacer algo nuevo, trato de no pensarlo o racionalizarlo mucho y simplemente lo hago y nada malo me pasa. La adrenalina de la nuevo está presente, pero más que eso es la confianza que se engendra después de haberlo intentado. Es por ello que salir de o escapar, como me gusta decirlo, de la zona de confort es una buena forma de crecer y sumar experiencias en la vida. El famoso explorador Jacques Cousteau dijo que al morir no nos llevamos absolutamente nada, sólo nuestros memorias.

Si hay algo que quieres intentar, no le des más vuelta e inténtalo. Hacer un viaje, estudiar algo, dirigirle la palabra es cierta personita que quieres conocer, cambiar de look o estilo, o lo que sea... recuerda que no hay nada peor que vivir con la incertidumbre de no saber que hubiera pasado si lo hubieras hecho y además nuestro tiempo no es nuestro; no tenemos el tiempo comprado ni sabemos cuando nuestra hora nos llegará.

Coincidencia que ya sea lunes, quizás sea un pequeño motivo más para escapar de la zona de confort :)






martes, 20 de agosto de 2013

Cómo dejar de procrastinar

Constantemente sentimos esa sensación de que nos falta tiempo para hacer aquellas cosas que realmente nos gustan, entretienen o suman a nuestra sensasión de bienestar, por ejemplo, ir al cine, pasar tiempo con los amigos, la familia, hacer deporte entre otras más. En realidad, hay muchas cosas que efectivamente nos reducen el tiempo y que están fuera de nuestro control, sin embargo, también hay de aquellas que sí podemos controlar y cambiar con la cuota necesaria de disciplina. 

Una de éstas, es la llamada procrastinación, o el arte de dejar las cosas para más tarde, otro día, cuando nos den ganas, tengamos la motivación para ello o hasta como muchos hemos dicho "para un día antes, que es cuando trabajo mucho mejor"

Hasta cierto punto la procrastinación nos libera del estrés de atender ciertas cosas que no queremos hacer; pero a la larga, puede ser un factor de infelicidad o insatisfacción personal. Personalmente, he estado poniendo en práctica algunos consejos para "desaprender" esta hábito bien arraigado en nuestro diario vivir. No puedo decir que ya lo conseguí al 100%, pero he visto muy buenos progresos y por ende más tiempo para cosas que estaba descuidando.

Consejos para dejar de procrastinar

  1. Dejar de lado  tareas que no son importantes.

          A menudo cuando queremos evitar aquella tarea, se nos ocurre o se nos viene a la mente otras cosas que queremos hacer, pero si somos honestos con nosotros mismos, no son importante ni relevantes al menos en ese día. Usamos esas tareas o actividades ,que pueden esperar, para evitar aquella tarea que debemos hacer. Cada vez que sientes el deseo de evadir aquella responsabilidad por otra de menor relevancia, pregúntate a ti mismo, ¿cuál de estas responsabilidades es de mayor importancia y debo enfocar mi atención y energía en este momento? Sé honesto contigo mismo.

      2. Divide esa tarea importante en partes.

           Esto tiene mucho que ver con la administración de nuestra energía en aquella labor que tenemos que completar. Al dividir esta tarea, y al iniciarla ya existe un compromiso de continuarla un rato más tarde, pero en el día presente. Esto también va de la mano con la administración del tiempo. No siempre el tiempo nos va a alcanzar para terminarlo todo. Hay casos en los que debo corregir composiciones de mis alumnos, y cuando tengo poco tiempo, lo que hago es decidir hacer solo un porcentaje, y continuar con el resto en otro momento del día. Esto me genera un compromiso con terminarlo de todas maneras.



       3. Visualiza los resultados de culminar esa tarea

              Esto me ayuda mucho a tener la motivación necesaria para no sólo empezar, sino terminar aquello que me tiene enganchado. Pienso y visualizo en el tiempo que tendré una vez termine lo que tengo que hacer. Y no sólo eso, sino también me visualizo haciendo lo que quiero hacer en ese tiempo libre que vendrá como fruto de no procrastinar.




Como todo nuevo hábito que se quiere internalizar en nuestras vidas, ésto toma tiempo, dedicación y honestidad con uno mismo. Una vez arraigaido el hábito, éste corre en automático y es más fácil estar en control de aquellas tareas que requieren ser puestas en marcha y culminada. No te desanimes y comienza de a pocos y anda ganando experiencia y disciplina que es así como se logran grandes cosas.